El boom de los eventos virtuales ha puesto énfasis en la necesidad y el valor de data sólida sobre eventos. Y gracias a las plataformas virtuales donde estos eventos ocurren, la recopilación y aprovechamiento de esta data nunca ha sido tan fácil de ejecutar. Estas plataformas permiten a organizadores y comercializadoras capturar data más sólida sobre participación que lo que normalmente recopilan los eventos físicos, incluyendo métricas como vistas de sesiones, duración de visitas, cantidad de visitas a cabinas virtuales y más.

Sin embargo, el análisis facial promete ofrecer data sobre tus asistentes de forma aún más específica y útil. Este análisis se diferencia del reconocimiento facial en que este último analiza e identifica especialmente a las personas, mientras que el análisis facial funciona en generalidades: puede decirnos cuántas personas hay en un espacio y momento determinado, su edad aproximada, su género, sus sentimientos, etc.

Pero no puede vincular datos a una persona determinada o determinable.

Expertos explican que el análisis facial presenta menos desafíos éticos y preocupaciones de privacidad, ya que “los rostros de personas nunca se envían o se almacenan, ni se identifican. Un dispositivo adaptado para esto, por ejemplo, ve la transmisión de video y la convierte inmediatamente en datos agregados.

En el entorno tecnológico actual, otra ventaja del análisis facial para eventos en vivo es que funciona muy bien con máscaras faciales, que no es el caso cuando se trata de reconocimiento facial. Es fácil de implementar y puede proporcionar data valiosa tanto para los organizadores como para expositores o patrocinadores.

Panos Moutafis, cofundador de Zenus, empresa que ha desarrollado tecnologías de reconocimiento y análisis facial, explica que “si se tiene un stand en una feria comercial, se puede ver cuántas personas no únicas vio la cámara, cuántas de ellas se quedaron durante un cierto periodo de tiempo y cuántas de ellas participaron, es decir, se quedaron durante mucho tiempo o tenían un sentimiento positivo en su rostro, etc.” Luego, los expositores pueden ver qué funciona y qué no en función de esta información, mientras que los organizadores pueden evaluar qué ubicaciones de stand tienden a tener más tráfico.

Y porque la tecnología siempre lo puede todo, también es posible utilizarla en la gestión de la ocupación para cumplir los protocolos específicos de Covid y distanciamiento social, al monitorear cuántas personas hay en un determinado espacio en todo momento.

El análisis de sentimientos, en particular, puede ser muy valioso durante las sesiones, ya que puede evaluar en tiempo real cómo se sienten las personas de diferentes grupos demográficos acerca de ciertos oradores, expositores y sesiones en función de sus expresiones faciales.

En un futuro post-Covid, la tecnología podría implementarse con una capacidad aún mayor en eventos en vivo. “El dispositivo también tiene un puerto HDMI, por lo que puedes incorporar un monitor grande en su stand o en cualquier otro lugar del evento, y mostrar contenido personalizada para la persona que pasa”, explica Moutafis. «Por ejemplo, si pasa un hombre de un determinado grupo de edad, puede mostrar contenido específico y, luego, si pasa una mujer de una edad diferente, puede mostrar otro contenido automáticamente».

Aunque el uso del reconocimiento facial se está generalizando, sigue siendo relativamente controvertido. Sin embargo, el análisis facial no presenta las mimas preocupaciones éticas y aún proporciona data valiosa para los planificadores y otras partes interesadas en el evento. Y con la demostración virtual del valor de los datos sólidos, las posibilidades que ofrece esta tecnología pueden ser difíciles de ignorar.